Sunday, May 22, 2016

CARPE DIEM: circunvalaciones en torno a una cuenta saldada del rock progresivo francés


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de hablar de una de las leyendas más notables de la primera generación del rock progresivo francés: CARPE DIEM. No tenemos ahora una retrospectiva sino una situación en tiempo presente, pues el grupo ha estado en estos  últimos años trabajando en la retoma de asuntos inconclusos con la meta final de obsequiarnos uno de los discos más bellos de la producción progresiva a escala mundial del pasado año 2015: el disco en cuestión se titula “Circonvolutions” y ha sido publicado por el sello Musea Records en noviembre último, y aún nos queda el buen sabor de boca en todo lo que va del presente año 2016. Aunque esta reseña es de por sí un poco tardía, la vigencia de nuestro entusiasmo sigue tan activa como la primera vez que nos aproximamos a esta joya. Conteniendo un total de 6 grabaciones nuevas y 2 tomas en vivo del año 1978 que se han beneficiado de una sesuda labor de remezcla con la nueva tecnología, el quinteto de Christian Truchi [teclados y primera voz], Alain Faraut [batería y percusión], George Ferrero [bajo, coros y guitarra eléctrica adicional], Gilbert Abbenanti [guitarras eléctrica y e-bow] y Gérald Macia [guitarras acústica y eléctrica, y violín] ha concebido un trabajo musical magnífico y bordado. Al indicar esta alineación nos topamos con que ha habido una confluencia entre el quinteto que grabó los dos discos de los 70s (“En Regardant Passer Le Temps” y “Couleurs”) y la alineación reformada de los dos últimos años de actividad de CARPE DIEM. Como colaboradores ocasionales han participado David Amar [saxo soprano y flauta], Manu Di Costanzo [saxos alto y tenor, clarinete y flauta] y Mélodie Truchi [canto y tarola militar]: o sea, que de todas maneras la presencia de los vientos es una parte integral del esquema grupal. Para esas dos viejas canciones registradas en vivo a las que aludimos antes – las dos más largas del álbum también, dicho sea de paso – el personal incluía también a Claude-Marius David tocando saxos soprano y tenor, flauta y alguna percusión adicional. Su presencia en el repertorio de “Circonvolutions” resulta conmovedora, habida cuenta de que partió al más allá en 1993. Tenemos en nuestras manos una hermosa obra progresiva que no podemos dejar pasar… y ya es hora de ir a los detalles de la misma.


El viaje musical de “Circonvolutions” comienza con ‘Along The Great Wall’: ocupando un espacio de 5 ½ minutos, esta pieza despliega un empuje sonoro abiertamente marcado por un modernismo ágil desde el cual el cuerpo central se agita con un colorido saltarín. El asunto es que la inspiración primordial para esta pieza parece estar centrada en las coordenadas folk-rockeras, por lo que al traducirse al lenguaje progresivo de sensibilidad electrónica asume recursos renovadores en su concreción. Aires de familia encontramos con la primera época de MINIMUM VITAL y los paradigmas respectivos de EDHELS y LAZULI. ‘Conte De Saxs’ sigue por este camino de coloridos extrovertidos, pero esta vez con una serenidad más palpable y una tendencia clara de perpetrar grooves jazzeros dentro del esquema rítmico. En medio de la triangulación establecida entre el saxo y la dupla rítmica, el bloque grupal se siente a sus anchas para sacar de sí su luminosidad esencial. Cuando emerge ‘Tibetan Monument’, el grupo aligera un poco las cosas a la hora de asentar el motif fundamentalmente ceremonioso que ha creado para la ocasión; ahora la dupla rítmica desarrolla un esquema fusionesco para aligerar con cálida jovialidad el lirismo netamente sinfónico que se impone ante nuestros oídos. Esta prístina focalización en los delineamientos bien centrados del motif central nos recuerda a los primeros discos de ECLAT y, hasta cierto punto, también a los primeros discos de MINIMUM VITAL. Durando casi 8 minutos, la pieza homónima está a cargo de instaurar una ingeniería sofisticada donde los motivos se hilan en una dinámica sólida y envolvente; de hecho, el grupo hace sentir su faceta extrovertida con una intensidad particularmente moderna, algo para lo cual cumplen muy bien los recursos space-rockeros utilizados para la ocasión. Eso sí, a través de esta intensidad patentemente extrovertida, el ensamble se asegura de no perder un ápice de esa aureola de mágica distinción que ha caracterizado a sus discos históricos de los 70s.

‘L’Imagerie Fantastique’ es uno de los temas viejos recuperados para “Circonvolutions”, y también es la pieza más extensa del disco, ocupando un generoso espacio de 11 minutos. Toda esta expansión sónica está tremendamente bien aprovechada para recuperar en su más estricta pureza la peculiar vitalidad de CARPE DIEM como paradigma particular de la primera generación del rock progresivo francés. Resulta natural que esta amalgama exquisita e impoluta de arquitectura orquestal y florituras medidas de saxo, teclado y guitarra nos recuerde gratamente a las composiciones más extensas del primer álbum y a la suite que ocupaba todo el lado A del segundo (‘Colleurs’, por supuesto). ‘Namire’, por su lado, es la pieza más breve con sus 2 ½ minutos de duración: la misión de este solo de guitarra acústica consiste en aportar un momento de introspectiva calidez con una clara actitud pastoral. Acercándonos ya al final del repertorio, ‘Wedding Day’ nos brinda un ejercicio de jazz melódico que se sitúa a medio camino entre los primeros álbumes solistas de STING y los CAMEL de fines de los 70s. La imagen de una celebración sencilla y entrañable se traduce bien al esquema sónico grácil y onírico que la banda escogió para la ocasión. Ocupando los últimos 10 ½ minutos del disco, ‘Jardin De Verre’ instaura con el oficio inmortal que caracterizaba a la banda desde la primera época una sabia ingeniería donde confluyen sinfonismo y jazz-rock, añadiéndose claramente algunos ribetes space-rockeros que sirven para ornamentar la ingeniería desde la cual se desarrolla el cuerpo central. Este broche de oro para el álbum instaura una instancia de envolvente belleza basada en una espiritualidad contemplativa movida por un jolgorio sereno, y el hecho de que se trate de la segunda pieza antigua recuperada para el presente álbum aumenta su importancia dentro del repertorio. Los solos de saxofón y guitarra que emergen en sus debidos momentos dan buena cuenta de este jolgorio sosegado mientras las capas, orquestaciones y solos de los teclados se centran en sonoridades flotantes. Vale también mencionar otro momento destacado para la dupla rítmica, que vuelve a hacer gala de su esencial vivacidad a la hora de sustentar el bloque instrumental.

Todo esto fue “Circonvolutions”, el testimonio del nuevo día que amanece para encapsular la germinación de un tiempo nuevo para los sueños musicales de CARPE DIEM, uno de los representantes más férreos e inolvidables de la primera generación del rock progresivo francés. Escuchar este disco es gozar de la oportunidad de seguir vivos para disfrutar de una vieja cuenta saldada para el ayer y el hoy del rock progresivo europeo.


Muestras de “Circonvolutions”.-


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